La estación de Sant Cugat tiene la peculiaridad de dar acceso a andenes por cuatro puntos diferentes (dos al ascendente y dos mes a la descendente), y permitir el paso entre andenes por un pasillo inferior accesible mediante escaleras. Ha sido del todo prioritario mantener el nivel de accesibilidad y concentrar los sistemas de control tarifario y de expedición de boletos dentro de un itinerario lógico evitando cambios de niveles innecesarios o recorridos excesivos.
La escalera como único elemento de acceso, no es apto para hacer frente a la demanda de accesibilidad. Hay que añadir otros elementos, como rampas o ascensores que, por su desarrollo, exigen reformas estructurales de cierta envergadura. La situación de estos elementos resuelve la accesibilidad, pero también se tiene que adaptar a la tipología y edificaciones existentes. Así se evita segregar los nuevos accesos, y consecuentemente, no discriminar las personas que los utilizan.