El proyecto se centra en la rehabilitación del edificio que antiguamente estaba ocupado por las escuelas del distrito sexto y por varios locales comerciales en planta baja, para dar un nuevo uso administrativo que se destina a Servicios Personales del Raval. Una parte del edificio comparte medianera con una fachada de la iglesia de Sant Llàtzer. En este caso, se realizó una limpieza de esta para dejarla vista, y se enfatizó el diálogo entre el edificio y la iglesia creando un corte vertical con vidrio en toda la fachada que deja ver y remarca las piedras antiguas. Así mismo, el ábside de la iglesia es totalmente visible desde el nuevo espacio ajardinado interior. A la parte de la entrada, se crea un gran vestíbulo con un triple espacio el cual comunica visualmente todas las plantas del edificio y da aire al muro de la iglesia, así pues el edificio queda articulado en dos grandes partes, este vestíbulo y la parte posterior donde hay los despachos y salas de atención.
Se enfatizó el diálogo entre el edificio y la iglesia creando un corte vertical con vidrio en toda la fachada que deja ver y remarca las piedras antiguas.