De las antiguas instalaciones de «Fabra y Coats”, una de las naves, de propiedad municipal, se ubica enfrente de una nueva plaza. La singularidad del conjunto urbano no sólo viene determinada por el impresionante aspecto del edificio fabril, sino que también por los vacíos urbanos que lo rodean, por un lado una plaza pavimentada de gran medida con una fuente monumental, y por el otro el espacio libre lo forma un parque urbano. El edificio adquiere toda su relevancia precisamente por el vacío que se genera en su entorno.